ESA SOMBRA INCANSABLE, LA DE TU BOCA, QUE ME TRAGA COMO UN PUÑO

Tu cuerpo es una arpa
y largo se templa

al sentir el espacio

que ocupa el mío,
que avanza irrumpiéndote toda]
Y de tu plasticidad; mi gusto por derramarme bajo tu piel]
Esta cicatriz va para ti,

y te marcó

para que después inventes historias
recordarme intensamente]
Exorbitante me voy arrastrando por tus sentidos,
eres un par de señales flotantes
y tus labios revientan sobre mi torso
que se levanta duro

como un coliseo]
Estos días, estas noches
y el sol desciende nuevamente y su último respiro lo tuvo contemplando nuestras sombras
que incansables iban y venían,

que se hundían
tragándoselo todo,

mientras una luna desesperada iba apareciendo impaciente por su turno
de formar para nosotros
esa sombra incansable;
la de tu boca que me traga como un puño.

LA BALADA DE UN HOMBRE, Y EN SU SORDERA EL RUIDO ES UNA MUJER

Antes tu rostro tenía mil voces,

y tus besos retumbaban en mi mente]
Eras el temblor que se extendía,

el vibrar en mis sentidos, la onda que se estiraba,
como caricias largas, de suaves kilómetros por mi cuerpo.

Las que aun siento

con la intensidad sutil de un cordón de plata.
Afuera un mundo de girar agresivo, y su vorágine
su ruido desesperado,

la conmoción y su irritante duda;
un rugido que oscuro se lo traga todo]
Mi venganza es mi sordera,
Y en mi sordera
el ruido es una mujer.