sábado, agosto 23, 2008

SIENTO, A MI CUERPO DESHACERSE DETRÁS DE TI



Dejaste de ser el mito,
y extendida sobre el piso el sudor y su rastro
por mi vientre brillante rebalsó]
Nos devolvemos el mismo aire,
nos escuchamos tragando nuestras lenguas
y tus besos son mi deseo,
y mis labios
lo endemoniado del amor]
Al final de la tarde, tu cabello y su brillo light blond]
Son las marcas que dejan tus dientes acerando mi piel,
son las huellas, el camino que conduce a la vorágine, a tu ombligo,
son las mil islas que flotan por tu pecho lomo de bengala,
es la curva que toma tu espalda
mientras rígido te invado,
mientras dentro tuyo me hago largo y me hundo,
mientras grueso me conducto en ti.
Jamas olvides que
yo soy “Tu asesino”
y que hoy son las mismas sábanas de ayer,
que el Sol de afuera no existe
solo nuestras miradas
destello fulminante de seis de la tarde,
"El fulgor" que no deja mirar,
la obra expresionista de delirante color.
Son tus cejas que se hacen gruesas
y mi muñeca se llena de tus vellos]
A nuestro amor elástico, y a su cielo de tres estrellas.

domingo, agosto 03, 2008

LA HONDONADA


Tu piel en punta se desliza atravesandose en mis poros, mientras mi cuerpo sobre el tuyo se extiende profundo, y mis brazos te sostienen oyendolo todo. Cuéntame como repentino sus labios me borraron de tu ombligo, castígame con la idea que caló haciendo agua tu espalda, sosteniendo tu figura esbelta deshojando tus hombros pequeños, mientras de brazos extendidos y con piernas de acero simulaban perfectos que era quien te amaba. Cuéntame , ¿Volviste a formar nuestra hondonada en medio de la cama? Háblame de su mirada enredada, háblame mientras te ahogo con ganas, háblame mientras enlodo tu boca y atrapada, háblame mientras atados de muslos lamentemos desnudos habernos enamorado tanto y tan poco. ¿Qué será de mi, y del querer verte morir y entre mis brazos?. Tus manos se han tropezado, se han hundido, y en mi espalda de arena, otra vez telúrica nuestra hondonada se abierto en medio de la cama, nuestras miradas descansan profundas, mientras en la espuma de nuestras mejillas nuestro reflejo es un aire tímido que ha puesto húmedo aquel olor a mar aquel sabor estruendoso de un “Siempre serás mio” y al oído. En tu cintura dejo un intento de imaginación, y dentro de tu vientre entre gatos y colillas de cigarro me dejó "Yo" y para siempre.